miércoles, 28 de noviembre de 2012

Coaching Ejecutivo


Desde el interior de la botella podemos no ver qué está diciendo nuestra etiqueta.
Vivimos dentro de una botella de creencias, valores y emociones. Desde su interior, el mundo se ve teñido por el color de nuestro vidrio y podemos no estar concientes de cómo nos están viendo otros porque no nos resulta sencillo leer lo que constantemente estamos diciendo con nuestra etiqueta.
Para muchos, su botella es un lugar rígido y limitante, sin embargo otros la han logrado convertir en un espacio flexible donde caben todas las posibilidades.
Tenemos un punto de vista de la realidad y muchos puntos ciegos. Porque, por ejemplo, no podemos vernos a nosotros mismos mientras actuamos y porque nuestra mente está programada para descartar todo lo que no confirme nuestras creencias.
Sin embargo, reconocer que hay cosas que no vemos, quizá no sea algo nuevo. Lo nuevo es hacer algo con esta información, preguntándonos:
¿Estoy dispuesto a hacer algo para ver más lejos o voy a hacer de cuenta que no sé que existe un mundo de posibilidades que hoy no estoy viendo?
El coaching nos da la oportunidad de entrenar nuestra manera de mirar para poder ver lo que no estábamos viendo. Y cuando vemos algo que nunca habíamos visto, eso nos deja en condiciones de tomar acciones que nunca antes habíamos tomado y nos hace avanzar en el camino de lograr resultados totalmente nuevos.
Si estás liderando un equipo o llevando a cabo un emprendimiento y quieres hacer que las cosas pasen, te ofrezco entrenarte individualmente o junto a tu equipo para que puedan elegir las maneras más poderosas de mirar sus desafíos en cada momento. Maneras de observar que les permitan tomar acción donde antes ponían una explicación justificadora o una emoción limitante.
Lo que muchos gerentes no saben es que no sólo se les paga por lo que saben, sino por lo que logran. Y que se los despide cuando saben tanto de lo viejo que no saben aprender lo nuevo.