miércoles, 17 de agosto de 2011

Lenguaje Corporal

Existen ciertas recomendaciones sobre el lenguaje corporal que pueden ser de gran utilidad en sus procesos de comunicación. ¡Póngales atención y buena suerte!
El saludo: un buen punto de partida

Es conveniente tener una actitud corporal de apertura. Dado que ésta es la primera señal de contacto, es importante estar consciente de cómo se encuentra el cuerpo.

Una forma de apertura inmediata es apuntar el pecho hacia el de la persona a quien se está conociendo o se tiene interés en abordar (llamada actitud de corazón a corazón).

En segundo lugar viene el contacto visual. Sea el primero en ofrecerlo con una mirada directa a los ojos (contacto real). Sea también el primero en sonreír. Así se gana la atención de la persona.

El saludo verbal es el siguiente paso; debe ser según la formalidad en que se encuentre (hola, buenas tardes) y también dependerá de los modismos locales.

Para finalizar el primer acercamiento es necesario presentarse; a continuación viene la sincronización con el lenguaje corporal del interlocutor, que es el último paso para propiciar una conexión inmediata.

Evite parpadear constantemente, puesto que denota vacilación e inseguridad.

En todo momento trate de que su mirada sea directa y establezca contacto visual con sus interlocutores; eso revela sinceridad y decisión.
Mantener la boca cerrada y ambos labios unidos mientras escucha a su interlocutor demuestra calma y seguridad en sí mismo. Lo contario sugiere nerviosismo o prisa,

Mantenga siempre una posición apropiada y evite los movimientos constantes y abruptos; éstos denotan intranquilidad, nerviosismo, temor y falta de control.

Manténgase atento pero impasible mientras otros le hablan. Evite hacer movimientos con su cuerpo ante una frase que le provoque sorpresa o con la que no esté de acuerdo. Haga saber su opinión en el momento oportuno.

Controle el movimiento de sus manos y manténgalas visibles.

Su voz debe tener un tono moderado, sin titubeos. Una voz vacilante transmite inseguridad y timidez. Generalmente revela que la persona no domina el tema del que está hablando o que sus conceptos no son firmes ni definidos.

Al hablar, mantenga siempre el control de sí mismo, aunque se vea involucrado en una discusión intensa.

Si desea ganar la confianza del auditorio que tiene frente a usted, no permita que un objeto se interponga entre ustedes, por ejemplo, un escritorio.

Trate de integrarse a su auditorio y adecue su vestuario a las características sociales y económicas del entorno.

Infórmese sobre las características culturales de la comunidad adonde va a presentarse para evitar situaciones incómodas.

Trate de no cruzar los brazos al frente pues es una actitud de franca defensa de rechazo.

Y por sobre todo sea sincero, honesto en sus comentarios y promueva el buen clima.