jueves, 13 de octubre de 2011

Estrategias personales para superar el mobbing

Identificar el problema del mobbing como tal: formarse e informarse sobre el problema.

Documentar y registrar las agresiones de que se es objeto desde el inicio.

Hacer públicas las agresiones que se reciben en la intimidad y en secreto y comunicarlas a compañeros, jefes, directivos, asesores, pareja, amigos y familiares.

Desactivarse emocionalmente: evitar reaccionar ante los ataques.

Controlar y canalizar la ira y el resentimiento (la ira es la aliada del acosador): evitar explosiones de ira.

Hacer frente al mobbing: el afrontamiento hace recular al hostigador, que es cobarde en el fondo.

Dar respuesta a las calumnias y críticas destructivas con asertividad (sin pasividad ni agresividad).

Proteger los datos, documentos y archivos del propio trabajo y guardar todo bajo llave, desconfiando de las capacidades manipulativas de los hostigadores.

Evitar el aislamiento social: salir hacia afuera y afrontar socialmente la situación del acoso.

Rechazar la inculpación sin aceptación ni justificación mediante la extroyección de la culpabilidad.

No intentar convencer o cambiar al hostigador.

No caer en la inhibición: contar a otros el acoso. Hablar del tema del acoso, comunicarlo, escribirlo, relatarlo, etc.

Desarrollar la empleabilidad propia: incrementar la formación y capacitación profesional.

Ir conscientemente el acosado a la baja laboral o a la renuncia voluntaria antes de permitir ser destruido psíquicamente.

Solicitar desde el principio asesoramiento psicológico especializado.

Solicitar consejo legal para hacer valer y defender los derechos propios.

Desarrollar la autoestima autónoma como vacuna contra el acoso.

Desarrollar el poder curativo del humor.

Permitirse llorar por el daño propio.

Perdonar al acosador, como forma de liberación final.