Ventajas del hablar en público
Una de las mejores maneras de convertir la experiencia de las conferencias en algo positivo consiste en considerar todas las ventajas de que disponemos:
-Sin duda, nosotros somos quienes mejor conocemos el tema de la conferencia.
-Si nos olvidamos de algo los oyentes ni se darán cuenta. No olvidemos que el público nunca supo lo que teníamos pensado decir en un principio.
-La mayoría de los oyentes se encuentran más a gusto sentados donde están, que de pie donde estamos nosotros. Por consiguiente, simpatizan y comprenden la situación.
¿Cuales son los diez secretos de un buen orador?
1-Define tu objetivo. Todo discurso debe tener un propósito. Si no sabes cuál es el del tuyo, no lo digas. Determina qué quieres hacer. Informar, entretener, conmover o motivar.
2- Identifica tu auditorio. A quién le vas a hablar: a personas con educación o sin conocimiento del tema, jóvenes o profesionales. La mejor manera de hacerles llegar tu mensaje es identificando su forma de pensar. ¿Qué quieren de ti?
3- Cautiva tu audiencia. El mejor momento para establecer contacto con tu audiencia es cuando comienzas el discurso y el mejor momento para soltar el contacto es cuando terminas.
Una vez sabes qué vas a decir, y haz identificado a quién se lo vas a decir, haz que te pongan atención con un buen inicio.
4- Establece afinidad. Si comenzaste captando la atención, vas por buen camino. Ahora debes vincular a tu auditorio. Destaca aspectos comunes a ellos, sus experiencias, sus emociones o preocupaciones.
5- Sé tú y relájate. No actúes. La mayoría de las personas somos malos actores y no estamos entrenados en ese arte; podemos distraernos si tratamos de actuar. Condúcete como lo harías normalmente hablándole a un amigo. Respira profundo y relaja tus músculos.
6- Vocaliza y gesticula. Un buen discurso se entrega al auditorio mediante una voz clara y precisa.
7- Pronuncia adecuadamente las palabras. Haz pausas cuando debes aminorar la velocidad y habla fuerte cuando deseas ser enérgico. Usa tus manos y gestos para mantener la atención en las expresiones claves. Si das una charla informal tus expresiones y tonos de voz no serán los mismos que cuando hablas ante una universidad.
8- Sé corto, preciso y conciso. Desarrolla tus ideas de manera clara. No uses más palabras que las estrictamente necesarias. Un discurso o presentación larga siempre resulta aburrida y la audiencia termina ofendida por tu falta de consideración con su tiempo. Domina tu tema. Nunca hables de lo que no sabes. Ningún discurso o presentación puede ser respetado si el orador no demuestra que sabe lo que dice.
9- Sé honesto. Di la verdad. Nunca mientas. Es mejor evitar un punto en particular que falsearlo. Si no quieres mencionar algo, evita ese aspecto. Resalta otro. La credibilidad te la da la verdad.
10-Práctica. La mayoría de los grandes oradores han recitado su discurso tantas veces antes de decirlo que casi lo saben de memoria. Párate frente a un espejo. Grábate y escucha como suenas o díselo a una persona de confianza para que te diga cómo suena. El que improvisa nunca piensa lo que dice, y corre el riesgo de dejarse arrastrar por la euforia y las pasiones.
Recuerda que somos dueños de lo callamos, y esclavos de lo que decimos.
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